12 ene 2014

The Iron Curtain

2 rusos trotskistas que se habían ido de la URSS a Noruega hacía varios años, ya extrañaban demasiado a la tierra que los vió crecer, por lo que un día uno dijo al otro:

- Mikhail, me cansé. Tengo una idea; me voy a ir a de vuelta a Moscú y viviré ahí un tiempo. Al cabo de unos meses, te voy a mandar una carta diciéndote si son ciertos los rumores de desabastecimiento y si entonces puedes venir o debes quedarte en Noruega.
- Me parece una idea genial, camarada Miroslav. Pero ¿qué pasará si son ciertos los rumores de que están interviniendo el correo y revisando el contenido de cada carta?
- Mmm... bueno, haremos lo siguiente; si te escribo la carta con tinta azul, es que puedes volver a la URSS; si te la escribo con tinta negra, no importa lo que diga el texto de la misma, Oslo decimos, quedaos en Oslo
- De acuerdo, Miroslav

Entonces Miroslav se fue de vuelta pa' la URSS. Pasaron unos meses, y Mikhail recibió la siguiente carta:

Querido Mikhail,

La URSS, tierra que nos vió nacer, esta más hermosa que nunca. Me está yendo fenomenal, tengo un trabajo muy bien pago y de muy pocas horas semanales. Veraneo en la ciudad que quiero y nadie me pregunta ni a donde estoy yendo ni porque. La gente está encantada de que nuestros dirigentes vivan en las mismas condiciones que los ciudadanos comunes. Los precios son bajísimos y puedes comprar la mercadería ó producto que quieras. Los mercados están tan bien abastecidos que, curiosamente, lo único que no puedes conseguir es tinta negra.

Con afecto,
Miroslav





En la izquierda, son todos iguales... pero algunos siempre son un poquito más iguales que el resto

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